El colmo se viste de diplomacia a su conveniencia y buen un
tanto pretende el gobierno de Colombia vernos la cara de pendejo. Público y
notorio es y ha sido desde época colonial la asechanza de muchos de sus
gobernantes lacayos de dos imperios, que hasta hemos perdido mucho territorio
de forma avasallante. Ha sido de enorme calamidad los kilómetros de frontera
nuestra hoy asediada por sus grupos bandoleros, del pillaje y de la
“institucionalidad” paramilitarista creada por Uribe con praxis del horrorosísimo
criminal. De atiborrados hechos de violación se escribe su historia, para que
ahora después de no menos de un año se presuma tapar o reconvertir delitos de extracción,
contrabando, robo, saqueo muy en particular de nuestra gasolina con descarada
permisidad de sus autoridades y cuyos dividendos ilícitos sirvieron para
modernizar las viejas estructuras de Cúcuta a nivel de metrópolis, de cómo
alardeaban ante el robo y especulación de nuestro signo monetario en la figura
del papel moneda de 100,00 Bs, tras un sistema de cambio permisado por Santos y
siendo canal de abordaje para que países de Europa coparan almacenes de
billetes de 100 a fin de quebrar nuestra economía y su legítimo gobierno e
incursos todos en un plan golpista-terrorista financiado y perfeccionado desde
Washington por el fatídico Barack Obama. Es absurdo y es muy ridículo que
Santos con aureola diplomática nos quiera vender su buena fe, toda vez que
Nicolás les volteara la torta con el duro golpe a su delincuencia; la
mortificación son los 300 mil millones de billetes que se robaron que ahora no
les sirven ni de papel toilette.
Pormenores en y para la discusión de si es potestad nuestra decisión
de cerrar frontera tiene mucho de responsabilidad en que Santos Buena Fe
derogue el delito cambiario en Cúcuta. Ni el gobierno de Colombia ni grupos
hamponiles tienen suficiente moral para exigir se le excuse de sus delitos
hacia Venezuela; es por demás, y un
enorme descaro hacer borrón y cuenta nueva después de tanta delincuencia
incursa en la conspiración contra nuestra soberanía. Quizás la diplomacia pase
por debajo de la mesa ofensas, pero nosotros el pueblo no tenemos porque y nos
abrogamos el derecho de nuestra soberanía y forma de gobierno que queremos.
¡Allá Colombia con sus políticas gubernamentales, que nosotros estamos bien
claros con las nuestras! Pero que no chispeen con su delincuencia paramilitar
Uribista, sepan que nosotros estamos bien lejos del “Dios” oligárquico burgués
y muy cerca de la voluntad de nuestro pueblo; así fue la palabra de Bolívar
contra la palabra de Santander y que Hugo Chávez puso en voz del pueblo que
lucha y batalla por la concreción de la Gran Patria.-
Valencia, 21 de diciembre de 2016
Omar Ignacio Pinto.-
CVP- N° 0129
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